Encontré en el blog de una de mis compañeras de curso la explicación de por qué alguien querría fundar una ciudad aquí, donde no hay mucho más que una eterna oscilación entre el frío invernal y el calor veraniego, ambos extremos. No exagero: quiten la ciudad y no queda mucho aquí debajo. Pero bueno, razones hay. El que tiene ojos que lea.
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