31/01/2007

Noticias de última hora

No quisimos seguir en la playa porque teníamos arena hasta en los calzones, entonces arrancamos para Guayaquil y llegamos ayer martes, nos quedamos una noche allá y el calor y la ciudad nos sacó corriendo. Queríamos frío y montañas. Ahora estamos en Cuenca, llegamos hace una hora, pero nuestro contacto aquí no ha contestado en todo el día y ahora parece que se le acabó la batería al celular porque contestó, se cortó y entra a buzón directo.
Pero nos cae bien esta ciudad, vamos a buscar hospedaje. Mañana haremos un informe completo de los útlimos días. Esta mañana nos sentamos a hacerlo pero estaba taaaaan lenta la conexión que desistimos.
Saludos a todos, por fin desde tierras frías (pero menos que Bogotá).

30/01/2007

Montañita

Antes que nada, pido disculpas a nuestros lectores por el retraso en las nuevas noticias, pero es que hemos estado en sitios donde el internet es absurdamente caro (hasta 3 dòlares una hora) pero absurdamente lento, entonces me parece un robo.
Lo último que supieron es que estábamos en Puerto López, en un hotel que fue una maravilla: hamaca, cama grande con mosquitero (por fin un colchón que no es blandito), acceso a la cocina y al lavadero. Nos dimos un relax de tres días antes de continuar. Conocimos al primer viajero experimentado: Graham Lee tiene más de 60 años, ha estado viajando la mitad de su vida y ahora está jubilado y se dedica a recorrer el mundo. Intercambiamos algo de información (el iba para Colombia) y nos hicimos amigos. El tipo es todo un personaje, nos contó que vivió en Chile varios años, que conoció al Che Guevara, que se escapó de la marina británica.... en fin. Y su generosidad sin límites nos regaló con una guía de Suramérica, de Lonely Planet (las mejores que hay). Eso aquí vale unos 40 o 50 dólares. Como él ya recorrió Suramérica no la necesita. Solo le quitó la parte de Ecuador, Colombia, y Venezuela que es para donde va. Pero eso no nos interesa mucho, así que desde Perú tendremos mucha más información. Estamos felices.
A Montañita llegamos hace dos noches, con la intención de parchar (esto es, vender artesanías en la calle) pero llegamos en mala época, finalizando el fin de semana.
Conclusión: no hemos vendido ni una manilla. Además aquí hay una sobreoferta de artesanías, hay demasiada gente vendiendo, más de los que hay comprando. Y hay gente que ya tiene cancha y saben cómo es la cosa.
Yo estoy aprendiendo a hacer trenzas largas para poner en el pelo (no las de chaquiras, sino trenzas tejidas en macramé para poner en un mechincito de pelo). No me rinde nada, pero al menos Andrés y yo ya tenemos. Estamos pensando que esto de las artesanías no es lo nuestro.
Aquí conocimos a un muchacho de Tulcán que se vino porque le dijeron que esto estaba plagado de extranjeros y él hace cerámicas con motivos indígenas de los pastos. Y collares y de todo, sabe hacer muchas cosas. Dejó a la esposa embarazada en Tulcán y estaba todo nostálgico extrañándola. Nos hicimos buenos amigos y nos acompañamos todo el rato. El tampoco vendió nada (y eso que él sabe de esto). Y también se sentía un poco como mosco en leche, porque este ambiente es de un montón de extranjeros (yo diría 70% argentinos) que vienen a tostarse en la playa y apenas se va el sol se van a los bares que hay en el pueblo. 5 casas de cada 6 son un bar, o un restaurante, o un café.
En fin, el cuento es que entresemana ya nos dijeron que no se hacía nada, así que ya nos estamos yendo, hacia Salinas que es otra playa más al sur yt donde nos dijeron que podríamos recuperar lo que no hicimos acá. Estamos pensando en otras opciones para ganarnos la vida. Tenemos muchas ideas y muchas ganas, y la experiencia aquí de todas formas fue muy divertida.
Luego les escribimos mejor, desde un internet más barato. No les mando fotos porque estos computadores son unas tortugas, ya nos actualizaremos.
A mi familia: ya hice contacto con María Mercedes, gracias.

25/01/2007

Noticias varias de salud

Andrés se quemó los brazos y Sonia el cuello. A él le da peor porque es más blanco y se quema en 5 minutos de sol. Yo voy bien, ya conseguimos aloe vera. A mí me salió una ampolla en el pie que me molesta un poco al caminar. Me pregunto silos callos empiezan como ampollas o si es sólo una ampolla...
De resto no más. Hoy un poquito de guayabo porque anoche nos tomamos media botella de Caña Manabita, que es un aguardiente de caña (40 grados de alcohol) pero entra en reversa. Sirve más como para prender la fogata...

Renacimos!

Después de nuestra vida de náufragos por cuatro días podemos decir que ya el viaje forma parte de nosotros (ademàs de la arena, claro, que está por todas partes). Nos hemos hecho fuertes, ya no nos amedrentamos fàcilmente.
Quiero decirles que nuestros pasos van protegidos, que las señales nos están llevando por el buen camino, y que cada vivencia que hemos tenido ha sido para nuestro aprendizaje y nuestro bien.
Quiero agradecer a Samuel por todos sus comentarios, que han sido particularmente alentadores. (No te conocía esa vena poética, papi.)
No les escribimos mucho más, ni subimos más fotos porque aquí en Puerto López parece que no hay banda ancha y es lentísimo subir fotos, y más caro de lo normal. Hasta la próxima.

Del Cabo San Lorenzo a Puerto Lopez

Hola gente!
Después de varios días de tostarnos al sol (bueno, Sonia se tostó, yo me puse rojo rojo rojo), de dormir en la carputa, perdón carpita, de comer pescao y pescao y pescao. de escuchar las contradicciones linguísticas de los manabitas, los de esta provincia: "cuando se consigue pescado fresco?" le pregunta Sonia. "No, ya hoy no viene la panga (barca)". "Ahhh... bueno, y ¿cuando viene?" Respuesta del local: "Ahorita nomás, allí atraca". Yo solo digo ¿ah?.
Bueno, pero ahora si, una crónica mas detallada del asunto: Cabo San Lorenzo es una parroquia a 45 minutos de manta. No hay nadie. Es una playa absolutamente hermosa y deliciosa. SIN GENTE. SIN TURISTAS. Sin internet, sin teléfono, casi sin comida. Eso último fue lo que nos sacó. Nos querían cobrar 2 dólares por un almuerzo de 50 centavos, siendo caro, por lo malo. Solo el primer día pudimos comer mas o menos rico. Había un circo colombiano ¿lo pueden creer? miren las fotos cuando las podamos subir porque aqui no hay banda ancha. El Gran Circo Colombiano de Sopita. Reloco.
Pero a Sopita no lo pudimos ver nunca.
Nos quedamos acampando a 15 minutos a pie desde el pueblo, al final de la playa. Por la noche pasaron un par de guardias de un hotel lujosísisimo que quedaba cerca de donde nosotros acampamos, y nos dijeron que todo bien, que si necesitabamos agua o baño, sin ningún problema, y que no tuviéramos cuidado, que era muy seguro y tranquilo. Y si, es seguro y tranquilo, muy muy tranquilo. Solo la brisa, el mar y las gaviotas. La playa y el mar son mucho mas bonitos que los de Manta, y vimos los mejores atardeceres hasta ahora. En la noche dormimos deli, y en la mañana estuvimos de pereza todo el dia. Ahí conocimos a un tipo que cuidaba una casa en ruinas, nunca supimos su nombre, así que le decíamos (entre nosotros) Fatman porque era muy gordo. Ese tipo si no nos cayó bien, el man parecía ansioso de meternos miedo de que nos iban a robar, para que pensáramos que nos hacía un inmenso favor de cuidarnos, y lo que hacía era rondar y rondar. Nos pueso nerviosos, y creo que fué otro factor incidente en nuestra partida. Lastima, porque era bien bonito. Cuando salimos, empezamos a caminar por la carretera, y llegamos a otro caserío llamado Rio Caña, mas pobre y jodido que el anterior. Una anciana nos vio pasar y nos dijo "aqui no hay nada, nada. Sigan pué" Y nos tocó los brazos. En ese momento dos perros que estaban ahí parados empezaron a pelear sin ninguna razón aparente, y sonia dijo "vamos, vamos" y nos fuimos.
Salimos a la carretera nuevamente y empezamos a hacer autostop, y como a los diez minutos pasó soplado un camion de los que llevan helados, pero no de los chicos sinó de los grandes, de multinacional. Y se devolvieron por nosotros. Guardamos las maletas en la nevera de camión y nos sentamos adelante, con un par de tipos resimpáticos, muy charladores y bacanes, muy fescos, que nos llevaron hasta Puerto Cayo. Ahí acampamos otra noche, pero esa si fue paila, porque la playa es un asco de lo sucia que está. No se podía andar descalzo de miedo a los vidrios rotos. Pero ahí si conseguimos pescado: Dos pargos rojos, otro que no se como se llamaba y una sardina grande, por un dolar. Y lo preparamos a las brasas. Se demoró como tres horas, pero estuvo, y quedó bien. Ahí hay muchas casas y hoteles sobre un malecón laaaargo, que parece haber sido muy lujoso, pero hay muchas casas en ruinas, abandonadas. Finalmente no nos gustó tampoco, seguimos bajando, y hoy llegamos a Puerto Lopez, que ya es un pueblo mas grande, con cabinas telefónicas, Internet, hoteles y tal. Al llegar terminamos en una pensión horrible llamada "Hostal Paola". Un asco, atendido por un asco de tipo. Ya le habíamos pagado y guardado las maletas, cuando con Sonia nos ponemos a pensar que ese moridero por u$7 es carísimo. Y volvimos (no habían pasado mas de 15 minutos) a pedirle que nos devolviera la plata que no nos íbamos a quedar ahí. El tipo se me queda mirando y me dice: "¿Es que tu cré que yo soy juego?" Y yo le digo "¿Como así?" "como me dice que tu va a salí ahora ¿po qué?" (nota, no son errores de ortografía, el tipo hablaba así). Yo le digo: "No nos queremos quedar, no nos gustó. Y si es así la cosa yo tampoco soy juego" Le dije. Y nos agarró a insultos: "Los Colombianos, claro, son así, son nosequé y nosequemás, son la gente más peligrosa..." Etc, etc. Así que le dije "bueno, ya, déjenos sacar las maletas, y devuélavanos la plata". Salimos pitando, y encontramos un hotel del putas por u$10 la noche, algo digno, muy digno. Ya saben, viajeros del mundo: si pasan por Puerto Lopez, Manabí, Ecuador, NUNCA se queden en el hostal Paola. Lo maneja un cafre.

22/01/2007

Playa, brisa y mar

Llegamos al mar! Quito casi no nos suelta (viajamos de noche, al fin, con tal de llegar aquí a las 6am y no a las 2am). Y ahora sí lo bueno: primero, insolada en la playa (estamos en Manta) en nuestro cambuche armado con carpa y morrales. Quedó del putas y les hicimos pistola a los que alquilan carpitas y parasoles. Y nos estamos quedando en un hotel que se ve que fue la gloria de antaño, pero ahora es barato. Baño privado, y ventilador. Un poquito más caro que los anteriores pero más chévere. Seguimos sin encontrar alojamiento gratuito, y en la playa no se puede acampar.
Sonia quiere una beca para no sentir que se gasta y se gasta pero no se gana nada. ¿dónde están los hippies? ¿y la horda de viajeros que están haciendo lo mismo? No los hemos visto, parece que hacemos una ruta poco común.
Nos bañamos (por turnos) en el mar. Andrés se quemó las canillas y los brazos, y Sonia los hombros y el pecho. Pero dormimos delicioso. Vimos el atardecer y el amanecer en la playa. Al llegar, nos dijeron que fuéramos a Murciégalo (así se escribe) que es la playa de los ricos según nos dimos cuenta. Un montòn de vendedores, y de gente. Y de ruido, claro, plataforma con niñas en bikini bailando racatapum-chin-chin y el gallo sube.
Se escucha mucha música colombiana, pero matizada al gusto local, es decir: mézclese a Julio Jaramillo con Daddy Yanqui. Resultado: música ecuatoriana.
Bueno, otros datos variados:
Comida: obviamente aquí hay mucho pescado y mariscos. Ayer almorzamos encebollado, que es una sopa espesa hecha con yuca y pescado, cebolla y cilantro. Acompañada con pataconcitos. Deli.
Desayunos: la leche la traen sola, para que uno mismo le eche el café que por lo general viene en tarros de Chocolisto. Sonita se confunde a veces y deja la leche oscura y amarga. Y pan y huevos al gusto.
Aquí en Manta no hay muchos cafés internet. O sea iternets, porque de café, nanay. Mentiras, acabamos de ver que hay una cafetera puesta en un rincón del local.
Después de estar en la playa de los ricos, nos dijeron que hay otra playa, cerca del hotel en el que finalmente nos hospedamos (que se llama Boulevard 1). No recordamos el nombre de la playa, pero esta no la cierran de noche y parece que es la playa del pueblo. Nos gustó más, no hay vendedores y entrena el equipo de fútbol (no sabemos si el principal de Manta, pero el entrenamiento es rudo). Vimos el atardecer y comimos a la orilla del mar, pero ese sí nos dolió por el precio. Estamos planeando alguna estrategia para poder ahorrar más. Les pedimos a todos nuestros lectores que revisen sus libretas de teléfonos, para ver si conocen gente en Ecuador que nos pueda ayudar. Un par de noches de hospedaje no nos sobrarían.
Otro detalle: Aquí hablan español, pero no les entendemos casi, Andrés dice que lo que pasa es que eliminan los artículos (a, el, por...) y la teoría (puede ser mentira) es que así les entienden más los que hablan inglés. Total, siempre tenemos que repetir todo, y adivinar lo que nos dicen.
Salud: Aparte de las quemadas que mencionamos, y que no son de importancia, y uno que otro dolor de cabeza (por el calor), estamos bien. Nada de indigestiones, alergias, ni nada. Nuestro ángel protector nos acompaña.
Agradecemos a todos por sus comentarios, y especialmente a Sebastián. Nos recordó que tenemos que meterle alegría a la cosa si queremos que nos siga yendo bien, y no quejarnos tanto. Disculpen si nuestros posts han sido algo sombríos, no es que estemos aburridos, es sólo comentando la idiosincrasia local. (Y qué culpita si Ecuador nos ha parecido así, es como un graaan Melgar). Igual todo esto nos parece muy divertido, la idea del viaje es también ver esas cosas, y hemos tenido reflexiones muy interesantes al respecto.
Saludos a todos, muchos abrazos, y mucha alegría desde la ruta del sol, el Inti Ñan.
Hoy desde Manta, mañana desde cualquier lugar del mundo. ¿mencionamos que Manta es un puerto marítimo?

20/01/2007

Impresiones sobre Quito

Por favor, téngase en cuenta que llevamos 2 días aquí, pero hemos caminado un montón, y suficiente ciudad poara decir: no nos gusta Quito. No es una ciudad amable. Tiene todo lo malo de Bogotá (trancón, contaminación, inserguridad en el centro y en los buses, la vía del Metro que es como la Caracas hace 10 años, indigencia), pero no lo chévere. No existe el concepto de cultura ciudadana, la gente tiene una agresividad latente que aflora cada nada, hay muchas peleas pequeñas, no dan ganas de hacer amigos aquí, la música es horrible, la ciudad ruidosa y debe ser por tanta montaña, pero todo parece sonar màs duro. En todas partes. En general tenemos la impresión de que Ecuador es una gran oferta turística, ellos están acostumbrados a tener extranjeros. Todo el tiempo hay que estar pendientes de que no cobren más de la cuenta, y todo destino es vendible. No queremos ni pensar en las Galápagos, que deben ser lo mismo pero a la décima potencia.
No diremos que Quito es feo, como es feo Ipiales, tampoco es f´río, pero es peor porque es caliente pero igual de faldudo y se suben y se bajan calles con el sol a cuestas. Habrá quien diga que aquí la pasó muy bien y le creo. Quito, y hasta ahora todo Ecuador, es chévere si eres extranjero, y tienes dinero para comprar todo lo que le venden a los extranjeros. Pero no se te ocurra vivir aquí. Al menos no en esta ciudad. Ya mismo nos vamos de aquí.
Destino: algún lugar de la costa.

La mitad del mundo

Ayer fuimos a la mitad del mundo pero no nos dejaron entrar. Se llama Ciudadela Mitad del mundo, y además del ffamoso mojón, tiene n muesos, espectáculos y cobrn U$2 la entrada para adultos. Y desde que en La Cocha nos sacaraon 20mil pesos por tres minutos en lancha para ver una isla chiquita, sucia y mal cuidada, prometimos hacer protesta contra el turismo indiscriminado y no pagar para entrar a ese tipo de lugares. Así que pueden ver la foto del mojón allá lejos. Pero como el paralelo es taaan largo, caminamos hasta donde calculamos que pasaba y había otro parquecito, que estaba cerrado y no nos dejaba pasar.
Conclusión: estamos irremediablemente al sur.
La mitad del mundo queda, hay que decirlo, en el culo de Quito. Se toma un metrobus que es igual al Transmilenio pero menos sofisticado. Las salids son siempre a la derecha, todos parane todas las estaciones, la señalización es mala, los buses están descuidados y sucios. Se atraviesa toda la ciudad más o menos hasta el equivalente a Usme (nótese que Quito es mucho más pequeño que Bogotá). Se hace una fila incomprensible (tres filas sin diferenciación, mucho empujón) para tomar un alimentador que vuelve a cobrar y anda una media hora al paso del marrano y dejando gente cada 5 cuadras, y lo deja a uno al frente de la ciudadela esa, donde no hay nada más. O entras o te devuelves. Pues nos devolvimos.
 

De Otavalo a Quito

Nos ha dado por hacer auto-stop y todo lo que logramos fue que un camioncito nos llevara como 6Km de los 95 que debíamos recorrer. Finalmente tomamos un bus que nos dejó justo antes de uno de los túneles que hay en Quito. Otra vez llegada al anochecer, ya somos expertos. Teníamos indicaciones de un hotel que nos había dicho Juliana, pero después de tomar un bus para llegar a la Avenida Colón con 10 de Agosto y caminar media hora por los alrededores, no encontramos nada y nos pusimos a vagar sin rumbo y a buscar comida (hamburguesas, perro caliente y papas).
Nota: la alimentación ha sido en general comer en almorzaderos, de vez en cuando una chifa (comida china), o àrabe. El desayuno, normal, café huevos pan, la comida, igual que los almuerzos.
Sigo: Luego se nos ocurrió ir al centro histórico, ya que llamamos varias veces a nuestro contacto virtual en Quito pero no contestó nunca, ni al día siguiente. En el centro histórico nos dijeron que esa era la zona más cara, que camináramos unas 6 cuadras al norte. Logramos hospedarnos en el hotel cascada (el nombre nos dio buen feeling) atendido por un paisa.
(anotación: hemos conocido a varios colombianos que están trabajando aquí, de Medellín, de Pereira, de Neiva. Se reconocen por las groserías, los modismos y el acento. No le hemos escuchado groserías a ningún ecuatoriano, hasta ahora. Los colombianos son los únicos que dicen "hijueputa" y "hermano".
El asunto es que casi no pudimos dormir esa noche porque el balcvón a la calle que nos pareció tan bacano al llegar, se volvió la ventana por la que entraba todo el ruido de los carros. Como en el centro histórico las calles son tan estrechas y los edificios altos, todo resuena al doble y por el frente pasan los trolis (sí, aquí hay trolis todavía, los buses con tirantas. Ah! y también hay almacenes Tía), y todos los carros van a mil. Cada que pasaba un troli, resonaba por toda la callecita y uno sentía que eso se iba a estrellar contra el hotel en cualquier momento. Después de media noche disminuye el tráfico pero pasa algo cada tanto, así que tuvimos un sueño bastante entrecortado.
El viernes salimos de ahí volando y encontramos un hotel en lo que viene a ser la zona rosa de aquí. Es tal ves más humilde que el otro, pero la gente es más chévere y no hay tanto ruido, así que aquí sí pudimos dormir.
Ayer visitamos la Universidad Central. Conocimos al decano de la Facultad de Artes, Pablo Barriga, que nos trajo en aventón hasta la zona turística, donde nos estamos hospedando. Y nos recomendó comprar una guía de latinoamércia. loq ue pasa es que están agotadas desde hace meses, así que nos figuró seguir así.
La Universidad: el mismo ambiente de la Nacional. Los graffitis: "¿para qué computadoras si no hay luz en la facultad?". El decano nos aseguró que aquí no soñaban ni sioquiera con ganar lo que en Colombia. Y que Quito no es una ciudad para quedarse más de 2 o 3 días. Y tiene razón. Hoy nos vamos de aquí.

18/01/2007

Otavalo

Otavalo es una ciudad muy chévere, pero se disfruta del todo si tienes plata. Esto es: si eres un turista europeo que viene a gastarse un dineral en artesanías y comer en restaurantes bacanos y pagar un tour por los alrededores. El clima es delicioso: cálido en el día, fresco en las noches. La gente es muy tranquila, están acostumbrados a ver extranjeros y tratan bien a los foráneos, porque el turismo parece ser el principal medio de subsistencia.
Hay muchos carros nuevos, no hemos visto nunguno viejo o destartalado y muchos indígenas andan, con todo y atuendo típico, en unos carros nuevos, sin placas y todavía con el plástico en los asientos. Ya hemos visto varios así y la única explicación que tenemos es que esos carros van de paso, tal vez ellos negocien con eso o algo así.
Hay mapas del sector por todas partes y casi todo está traducido al inglés y a veces al francés. A mí lo mejor que me ha parecido es el mercado. Es la plaza de la gente local, como un Paloquemao chiquito y atendido todo por indígenas. Ellas son muy bonitas, con sus faldas largas de paño negro, sus blusas blancas bordadas, sus collares y sus alpargatas. Aunque estamos sospechando que todo esto es una estrategia de marketing para atraer turistas, porque sólo las mujeres se visten así. Los hombres andan con ropa gringa, gafas oscuras y zapatillas de marca, si acaso llevan el pelo largo y a veces un sombrero. Pero también salen por la noche en sus camionetas lujosas llenas de calcomanías y de luces rutilantes, escuchando reggaeton, y hip-hop. Y en los paquetes turísticos ofrecen lugares sagrados para visitar, pero la cascada "sagrada" estaba llena de basura. No creemos que ningún chamán vaya ahí a hacer sus abluciones. Sin embargo, dicen que el Ganges también es otra cloaca, y ese sí es sagrado para los hindi.
En fin, esta mañana vimos pasar las colegialas que iban para clase, algunas en uniforme (aquí sí respetan la falda por debajo de la rodilla) y otras con su traje típico y el chaleco del uniforme, y con maleta. Hablan bajito, sonríen muchio y son muy calmados.
Y sí, hay muchas artesanías, en el mercado, en locales, en la calle. Hasta nuestro hotel tiene cortinas tejidas en telares. Pero es curioso ver cómo los indígenas venden muñecas de esparto y tela, que son preciosas, y les compran Barbies a sus hijas para que jueguen.
Nos gusta Otavalo. Pero ya seguimos camino, seguramente hacia Quito.

Lecciones

Sentada aquí, en nuestro cuartito de hotal barato en Otavalo, perdida de todos mis conocidos que no pueden ubicarme si yo no quiero, lejos de las noticias de mis familiares, lejos de mi casa y de mis cosas, el viaje se plante enfrente mío como una realidad cierta. Ya no es el ideal que tenía, soñando entre mis sábanas limpias, mis desayunos deliciosos, mi guardarropa a reventar. No, estoy lejos de casa y lo que necesito para vivir ahora me cabe en una mochila. Ahora lo que importa es el hoy. No tengo mañana ni futuro definido. Mis problemas son inmediatos y no tengo jefes. Llevo dos semanas fuera de casa y siento como si hubiera pasado un mes. Y creo que puedo decir, pero sólo desde hoy, que el miedo comienza a ceder.
¡Qué aferrada estaba a la seguridad de una casa, de una comida! Estaba tan bien acomodada en Bogotá, tenía tantas cosas... Ahora lo sé, que no había planeación posible para esta aventura, porque nuestra principal motivación no era llegar a ninguna parte. No, era salir de la rutina, sacudirnos una vida que nos estaba matando. Es verdad que queremos llegar Ushuaia, hasta la punta de la Patagonia. No sé si vayamos a lograrlo, nos falta saber tanto... Pero ni siquiera ese es un destino, es solamente un posible entre un montón de otros posibles. Todos nos han pedido detalles, saber cuál es la ruta, cómo vamos a hacerla. Y planear este viaje en Bogotá nos daba tanto trabajo, porque no queríamos planearlo. Estamos andando, al ritmo que nos place, conociendo lo que nos place. No somos turistas, no queremos conocerlo todo, estamos haciendo nuestra propia ruta. Sé que La Madre nos está ayudando, sé que ella nos lleva y nos da señales. Sé que pone en nuestro camino más señales de las que somos capaces de ver ahora. Nuestra intuición sigue todavía dormida, pero nuestro cerebro está trabajando un montón. Mucho más de lo que lo hacía hace un mes. Lo sé porque ahora duermo más profundamente, tomo siestas más seguido. El tiempo de sueño es lo que permite al cerebro elaborar la información que ha obtenido en la vigilia. Crea lazos, se teje. Tejemos nuestra mente mientras dormimos y cada vez que me despierto me siento ligeramente diferente, siento que algo ha cambiado un poco. Me siento ligeramente más sabia.

No somos turistas ni queremos serlo. Estamos de viaje. Este viaje es nuestro. Veremos lo que tengamos que ver. Haremos lo que tengamos que hacer. La Señora será nuestra guía.

¿Para qué el viaje? El viaje para vivir por fin mi vida, para darle forma a mis propios proyectos. Para aprenderme. Para verlo y saberlo, que existen otras maneras de vivir, de estar vivo. Para alejarme de una vez por todas de lo que no quiero hacer. Este es mi intento, el mejor que he hecho, para hacer de mi vida lo que quiero. Ya no estoy muerta del miedo. Hay un camino: el que se dibuja bajo mis pies.

16/01/2007

Rumichaca, o de las fronteras entre pueblos hermanos

Salimos de Ipiales (luego de llegar de las lajas) sin saber muy bien cómo era la vuelta. El colectivo nos dejó al lado del edificio de migraciones, donde una cola (¡no podemos huir de la cola! siempre hay una, en alguna parte...) nos permitió sellar el pasaporte. Hay un papel, para los que no tienen pasaporte, que se llama la tarjeta andina. Éste, junto con el pasado judicial, son las identificaciones para el viajero. Ya lo habíamos llenado cuando el empleado de turno en la ventanilla del DAS nos dijo que no, que si teníamos pasaporte, no necesitábamos la tarjeta andina. Ok. Mejor. Facilito, nos sellaron la salida, y caminamos para pasar el puente de Rumichaca. Es una sensacion extraña ver el mojón pintado en el puente con el numero cero, donde deja de ser territorio nacional colombiano y empezar a pisar otras tierras. Y estábamos emocionadísimos, felices, hasta que llegamos a sellar la entrada. Si, exacto: otra cola. Pero LA COLA. No era coherente con la de salida de Colombia, hasta que nos dijeron que los ecuatorianos hacen una fila para todo, para entrar y para salir, lo que obviamente demora mucho más la cosa. Conocimos un alemán, pero negro, que venia desde el sur (Argentina) hasta Colombia, y estuvimos hablando un rato con el, intercambiando impresiones y recomendaciones de viajeros. A esa cola entramos como a las 3pm y a eso de las 5:30 pm, cuando llegamos al donde el guardia de migraciones, lo primero que nos pide es la tarjeta andina. Le damos los pasaportes: "Igual la tiene que llenar, señor" y nos toca esperar un rato mientras la llenamos y el man alcanza a atender a otros turistas. A un tipo de medellín se le perdió la cédula, y estaba muy angustiado, había raizales, europeos, colombianos, ecuatorianos, músicos, artesanos y un hippie buscando la espiritualidad de la mano de Connie Mendez. Variopinto, sería el mejor modo de describir el escenario. Eso si, muy amables los guardias.
En fin, que llenamos la dichos tarjeta andina, y el tipo de la frontera nos pregunta que cuantos dias, y le dijimos treinta, pero nos puso noventa (Cool!). De ahi cogimos para tulcán, y de tulcán para Ibarra, donde casi no conseguimos nada porque el bus nos dejó en mitad de la nada, sin saber nada, sin encontrar ni un cafe internet ni hoteles. Al final un tipo muy amable nos dijo que nos tocaba coger un taxi, porque a esa hora (9:00pm) ya no pasan buses. Nos dejó en un hotel que no nos gustó, pero tenía una cama y baño. Dormimos, nos levantamos temprano, y salimos a desayunar, un desayuno muy bueno y barato: huevos, cafe o chocolisto, pan con queso y jugo, por 1 dolar. Luego camine y camine hasta encontrar este computador que se ha apagado tres veces, asi que yo dejo hasta aquí porque no quiero tener que volver a perder mas líneas de texto.

Comentarios

Quiero decirles que sí hemos leído los comentarios que han escrito, aunque no hemos contestado ninguno porque nos van pasando tantas cosas que hay mucho por decir. Sobre la pregunta de si la familia Insuasty tenía "representación" en Bogotá, lo siento, nos olvidamos de preguntar.
Gracias a todos los que nos leen y dobles gracias a quiens también escriben, ya sea al blog o al correo. Todo lo hemos visto.
Saludos desde el otro lado de la frontera.

Pasto-La Cocha

Como 1 hora y media hasta Ipiales. Colectivo en el que empacaron a todos los pasajeros atrás y 3 cajas enormes en los 3 asientos de adelante, que casi no caben y nos quitaron por completo la visibilidad del frente.
Corridos y vallenato casi todo el camino, hasta el terminal de Ipiales que no es ninguna belleza. Como llegamos después de las 5, perdimos el último colectivo a Las Lajas y tuvimos que ir en carro. Un señor nos rebajó la carrera, y de todas formas para él fue ganancia porque son menos de 5 minutos desde Ipiales. Llegamos al atardecer y bajamos al santuario con maletas y tosdo, para oifrecérselas a La Señora para nuestra protección.
En Las Lajas las miradas son de curiosidad, como "¿de dónde vendrán?". La iglesia de noche es blanca, iluminada toda contra la negrura de la peña. Cuando bajamos la primera vez ya estaban recogiendo todos los negocios, porque todo es lleno de tienditas que venden recordatorios, camándulas, rosarios, imágenes religiosas, peluches, bolsitos, colalres, manillas, gorritos, tiples de juguete, de todo. Hay unos cuadros horribles hechos en esa cosa que cambia la imagen cuando uno se mueve. Es el divino rostro, pero cuando uno lo ve de un ángulo tiene cerrado el ojo derecho y abierto el izquierdo y si se ve desde l otro ángulo es al revés. En serio, es horrible. Bueno, hay de todo.
Nos quedamos en un hotelito atendido por un campesino que no sabía casi leer y cuando le preguntamos cuánto valía nos mostró el precio con los dedos porque no sabía decirlo. Luego nos hizo el registro en un cuartico barroco, lleno de cosas de todo tipo: afiches Giordano, un mantel bordado cubierto con un plástico, porcelanas baratas, lámparas mandadas de Miami. Y fue eterno escribiendo nuestros nombres, ocupaciones ("¿ama de casa o empleada?" "empleada, señor"), y procedencia. Particularmente la procedencia la preguntó como 4 veces, puro despiste del señor. El registro de ambos le tomó al menos 15 minutos, yo casi no aguanto la risa. La señora nos comentó que debían hacerlo porque todos los jueves deben llevar a Rumichaca el registro de los huéspedes.
Cuando bajamos otra vez al santuario ya no había nadie, todas las tiendas cerradas, y solo el sonido de la cascada que hay frente a la iglesia. Fue muy buena idea quedarse en las Lajas esa noche. Nos sentimos mucho mejor, Ipiales es una ciudad con muy mala energía, uno siente que todo el mundo lo está mirando mal, o lo está fichando. Para resumir, imagínense Soacha, pero más grande y más frío. Cumple mucho mejor que Manizales con las 3 F (feo, frío y faldudo). Ni siquiera saqué fotos porque me dio mala espina sacar la cámara. En realidad desde Las Lajas hasta Ibarra (Ecuador) no hemos tomado una sola foto. Es que todavía estamos entendiendo el ritmo del camino y nos dimos cuenta que de dos días para acá andamos con un afán inexplicable, como si quisiéramos llegar a alguna parte, y no hay tiempo para fotos. Es una cuestión de adapatación, todavía nos sentimos muy bicho raro, muy observados, y la cámara ha quedado olvidada en la maleta.
En Las Lajas nos sentimos como peregrinos, de los que no tienen grandes ambiciones, porque lo importante es el camino bajo nuestros pies y lo que aprendamos de él.
Valga anotar que en Pasto nos deshicimos como de 5 kilos de equipaje entre los dos: ropa, zapatos (ahora solo tenemo 1 par por cabeza), el radio que era muy pesado, un pirógrafo, unos alicates que descubrimos que estaban dañados, un cuaderno de Andrés, no sé qué más cosas que después de ir al Güilque decidimos reemplazar por una mayor comodidad. Es que estar andando con todo ese peso no es cualquier cosa.
Las Lajas-Ipiales: Ibamos a coger el colectivo, ya más temprano, pero no pasó y nos llevó una camionetica de platón, solo que subirse atrás fue todo  un bollo porque esos camioncitos son altos y si uno se sube con la maleta colgada el peso se lo lleva para atrás. Andrés tuvoi que empujarme y me pegué en la cabeza al caer. Me quedó rojo y todavía me duele cuando me toco, pero no fue nada grave. Esta mañana me descubrí un morado en una pierna, seguramente producto de la misma subida. Al bajarnos el señor nos explicó que por la llanta se sube más fácil (claro, pero ¿quién iba a saber?). Nos dejó cerca del terminal, para poder llegar al Puente Rumichaca. Pero esa historia se la dejo a Andrés.
No olviden picar en las fotos para ver las que alcanzamos a tomar en Las Lajas. Hasta ahora, no hay más.
 

15/01/2007

Cruzamos la frontera

Acabamos de llegar a Ibarra, en Ecuador. No tenemos ni idea de como llegar a un hotel, encontramos un café internet, y entramos a escribir. Estamos felices!! las últimas horas han sido muy movidas, así que creo que lo grueso de la aventura desde salir de Pasto, lo dejaremos para mañana.

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Sonia Ro
De viaje: [ www.latinoamorica.blogspot.com ]
Siempre: [ www.oeoo.blogspot.com ]

14/01/2007

Sobre las fotos

Les recordamos que para ver nuevas fotos solo deben picar el vínculo a la derecha que dice VER FOTOS. Las primeras que salen siempre serán las últimas que se han tomado. Y últimamente están bastante comentadas, así que si lo que escribimos aquí les parece suscinto, remítanse a los comentarios de las imágenes.

El Güilque

Como nadie me supo decir cómo se escribía, decidí ponerlo a lo criollo. El Güilque es lo mejor que hemos conocido en Pasto. Nota: es un destino no-turístico y casi nadie en Pasto lo conoce o ha oído hablar de él.
El lugar es definitivamente mágico, se puede sentir la energía en el ambiente. En las fotos encontrarán más datos sobre la llegada. Por lo demás, el sitio es verde por todas partes, no hay casas o habitantes visibles en un buen trecho a la redonda y hay una cascada que domina el lugar de una manera majestuosa y es la energía de todo el lugar.
El campamento lo hicimos lo más cerca que pudimos de la quebrada sin que nos cayera rocío porque el agua cae con tal fuerza que todo el entorno está permanentemente humedecido. Incluso la madera para encender fuego. Ya se imaginarán.
Como podrán ver en las fotos, uno se puede bañar en la cascada sin que nadie lo vea. Pero hacerlo es toda una iniciación, porque desde que se sube la colinita que esconde la caída, el rocío empieza a bañarte, y a medida que uno se acerca al agua, el rocío se va volviendo lluvia y cada vez te pega más fuerte y es helado, pero realmente helado, dolorosamente helado.
Con Andrés fuimos valientes y nos sumergimos en el agua helada los tres segundos reglamentarios para que no nos diera hipotermia, y creo que esa ha sidfo la inyección de fuerza vital más importante que hemos tenido para iniciar en serio este viaje.
Pasamos una noche despejada, hasta nos quedamos dormidos viendo las estrellas, hasta que el frío nos obligó a buscar refugio. Eso y pensar que una de las dos vacas vendría a lamernos la cara.

Hoy salimos de Pasto, hasta Ipiales para llegar a Las Lajas. No estamos seguros de si cruzaremos la frontera hoy o mañana, todo depende de cómo se vean las cosas. Hoy se posesiona el presidente en Ecuador.
Así que hasta hoy tuvimos banda ancha en el cuarto de al lado. Volveremos a escribir desde el otro lado de la frontera, en cuanto podamos.


10/01/2007

La Cocha

Son 45 minutos desde Pasto y 50mil pesos todo el paseo, contando el transporte ida y vuelta, la lancha que fue lo más caro, la entrada al parque de La Corota y el almuerzo que fue lo más rico del viaje. Les contamos:
El taxi lo deja a uno en el puerto de la laguna donde hay dos opciones que son entrar a un restaurante o tomar una lancha hasta La Corota que es una isla parque natural en la laguna. No hay mucho que ver en esa isla si ya conocen cualquier otro parque natural. Caminata de media hora, una capillita, el sendero termina al otro lado de la isla, no se puede uno salir del sendero y se ve suficiente basura como para darse cuenta de que es más el daño que le hacen que lo que la protegen.
De vuelta la lancha nos dejó en el Chalet, que es un hotel famoso de la región, que estaba tan solo que se veía tétrico. En serio, no vimos a nadie. Ni siquiera un perro. De ahí caminamos por la carretera más o menos una hora hasta que nos dió hambre y afortunadamente encontramos una cabaña pequeñita decorada con afiches de Ana Sofía Henao y el América de Cali, pero atendida por una campesina muy amable que tenía una sazón espectacular. El restaurante no era lo más famoso ni lo más lujoso, pero estaba delicioso y después de la desplumada turística fue reparador.
De regreso estuvimos en un río del que no sabemos el nombre, de aguas tranquilas y piedras redondas.
Ya de vuelta en Pasto visitamos el concesionario de Chevrolet Autodenar por recomendación de mi hermano donde nos contactamos con Dirley Herrera, la gerente comercial de allá que  junto con su compañero se portó divinamente y nos invitó a comer cuy en Catambuco (creo que se llama así) como a 15 minutos de Pasto. Bueno, en realidad solo estuve yo porque Andrés estaba con Juanita ayudándole a comprar una carpa para el campamento de mañana. Entonces estuve en el restaurante Tulpacinga donde me sirvieron un plato mixto: Cuy asado con frito. El cuy es como un ratón grande que preparan a fuego lento. La carne es suave y blanda y el cuero queda tostadito. El frito es carne de cerdo con una preparación especial en agua y en su propia grasa. Todo lo sirven con papa salada, ají de maní y crispetas.
Tan amables fueron que pidieron otro igual para llevar y que Andrés lo pudiera probar. Muchos lindos, para qué.
De nuevo: el que tenga dudas, que pregunte, que a veces yo me olvido de los detalles con todo esto.

8/01/2007

Pasto de día

Hoy en la tarde salimos a caminar Pasto con Andrés. Recorrimos yo creo el 60% de la ciudad en unas tres horas sin afán. Estuvimos en Bomboná que es como un Sanandresito de artesanías. Sobre todo de ropa, ruanitas, tejidos, pantalones, y de vez en cuando un localito con otras cositas de recuerdo, en madera, pintados...
Enfrente de Bomboná venden el helado de Paila que lo hacen en una paila grande que está metida en un bloque de hielo. El helado es la crema que echan líquida en la paila y se congela contra las paredes cuando la hacen girar. Un saborcito muy suave, muy rico.
Por lo demás ya identificamos varios puntos de la ciudad: la plaza, el parque infantil, Bomboná, los barrios ricos, la plaza del carnaval, las avenidas, el bosquecito, el Ley, el Alkosto y el Exito, que son los únicos supermercados que hay, de resto todo es en tienditas. El Exito llegó hace menos de 3 meses, y tiene cinemas además del supermercado.
Pasto se camina muy fácil, pero no tiene casi nada de ciudad grande. Los jóvenes no están muy satisfechos con la vida cultural, que aparte de lo que se hace en la Universidad de Nariño no parece muy animada (no hay un cine club, ni muchas bibliotecas.)
En cambio hay bastantes iglesias, cuando se mira la ciudad desde la loma se ven bastantes campanarios.
Todavía nos falta conocer los alrededores, ya les contaremos cómo nos va. Pero si alguno quiere saber algo, no dude en preguntar.

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Sonia Ro

Pasto

Anoche salimos a caminar la ciudad de noche y sin carnaval. Creo que ya estábamos algo hastiados de encontrar las calles llenas de gente y alguien siempre amenazándote con una bolsa de talco, así que la sentimos muy agradable. En comparación con Bogotá, el ambiente es más tranquilo, la gente anda sin tanta prevención. La ciudad es completamente caminable, aunque mi ubicación espacial no sea la mejor, porque salimos por un lado y volvimos por el otro y yo no me enteré.

Pasto es lo bastante grande para ser ciudad, pero lo bastante pequeña para ser tranquila, se puede andar por la calzada, y fácilmente se encuentra uno con algún conocido por la calle. Mejor dicho, conocido de Juanita porque a nosotros no nos conoce nadie.

Juanita ha sido una guía incansable, nos ha contado toda clase de anécdotas, nos muestra cada rincón y tiene ese ánimo Montoya que no se amilana por nada. Un buen humor envidiable.

Teníamos planes de salir a acampar mañana, pero lo hemos aplazado hasta el jueves mientras se completa el grupo. No vemos la hora de ir y descansar del asfalto, los carros y la gente... necesitamos campo!

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Sonia Ro

Para ver las fotos

Bueno, vamos mejorando más y más. Si observan los vínculos a la derecha encontrarán uno que se llama VER FOTOS. Cada que entren al blog, pueden picar ahí para abrir otra ventana con las últimas fotos del viaje. Así no tienen que recordar la otra dirección. Que las disfruten.

7/01/2007

Cambios en el blog

Bueno, tal parece que no es buena idea subir fotos por aquí, porque vamos a tener muchas y Blogger no es para eso. Así que descubrimos una solución que nos parece muy buena y que iremos mejorando a medida que aprendamos a manejar Flickr, que es el blog alternativo que usaremos para las fotos.

Qué significa? Este blog que están leyendo se mantiene y aquí seguiremos publicando todo lo que se pueda leer y escribir, pero ya no van a ver más fotos aquí. Para las imágenes abrimos un espacio nuevo que pueden consultar en esta dirección:

http://www.flickr.com/photos/latinoamorica/

Por lo pronto, entren ahí y miren las fotos que ya publicamos. Allí es más facil titularlas, organizarlas y comentarlas. Cuando pongamos más, les vamos avisando en este mismo blog. Tengan paciencia, que estas cosas se construyen por el camino.

Saludos y gracias a todos los que han comentado. Para los que nos han preguntado si hemos recibido sus comentarios la respuesta es sí.

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Sonia Ro
[ www.oeoo.blogspot.com ]

Plaza Nariño, Pasto



Originally uploaded by SoniaRo.

De izquierda a derecha: Edgar, Andrés, Sonia, Alvaro y John (amigos de Juanita).
Aquí en la Plaza de Nariño, el día de negros.

Preparando las carrozas


Preparando las carrozas
Originally uploaded by SoniaRo.

Hace dos días

Día de negros en el carnaval. Nos pintamos la cara por completo y nos prestaron ropa vieja para salir a la calle sin preocuparnos. Pereza toda la mañana y exploración de la ciudad por la tarde. Edgar fue nuestro guía por las calles apenas llenándose de gente. El día de negros la actividad empieza a las 5 de la tarde, cuando las orquestas prenden la fiesta en la plaza Nariño (la principal de Pasto) y la Plaza del Carnaval, que es la principal del carnaval. Nos cuentan que antes había mucho más juego en las calles, se encontraban grupos jugando en cada esquina, pintándose y persiguiéndose. Ahora la actividad se centra en la plaza. Compramos espuma de carnaval y Andrés se la pasó defendiéndose de los demás que tenían espuma. Aquí el juego es entre amigos y desconocidos. Hayq ue salir a la calle con el ánimo sano, sin preocuparse de ser entalcado. Claro que hay gente pasada y no faltó el que le echara espuma a Andrés en los ojos. Ahí ya no es tan divertido, pero en el carnaval hay cierto nivel de tolerancia. Tiene que haberlo, al fin y al cabo es un carnaval.

Salimos muy maquillados, y volvimos hechos un solo revuelto de pintura.

Por la noche estuvimos en un sitio que llaman "donde la Chavita", un sitio muy rico, con un ambiente de tiendita de tangos, música vieja y cervecita. Charla, charla y charla hasta que el cansancio nos llamói a la cama. Todos los días terminamos rendidos y luego no podemos levantarnos antes de las 10. Pero yo hago mi mejor esfuerzo.

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Sonia Ro

Sobre los comentarios

Varias personas tienen inquietudes con respecto a los comentarios que se pueden publicar en la pàgina. Cuando den click en Comments les aparecen los comentarios que ya otros han hecho, si los hay, y debajo las opciones para comentar. En el cuadrito escriben su comentario y en la parte de màs abajo aparece Elegir una identidad. Como creo que ninguno es usuario de Blogger simplemente señalen la opción Otros . Debajo les pide su nombre y pàgina web. Ambos campos son opcionales, pero si dejan su nombre podremos saber quién comentó algo.
Debajo aparece una palabra de verificación. Eso sí deben llenarlo, basta escribir en la casilla correspondiente las letras que aparecen como deformadas. Esto lo pide Blogger para asegurarse de que no es un comentario automático genrado por una máquina sino que hay un ser humano sentado frente a la pantalla.
Si tienen más inquietudes me avisan.

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Sonia Ro

5/01/2007

Tres fotos

Paisaje típico nariñense (es la mejor que tomamos, lo siento, pero quedamos del lado del bus en que casi todo el tiempo se ve montaña en vez de abismo).



El restaurante del desayuno. Caldo de costilla: 6 mil pesos!


Nuestro primer bus de todo el viaje: 777 de Expreso Bolivariano (ver número en el triángulo amarillo de la puerta). Diremos que es un buen augurio.

Peludo


Les presentamos a Peludo. Para los que se vieron Amelie, es nuestra versión del gnomo viajero. Para los que no, véansela. Aquí en donde paramos a desayunar, a media hora de Popayán.

Salir


Como el Flaco nos pide impresiones sobre la partida, me tomaré la libertad de responderle. ¿Qué se siente dejar todo atrás y tener un mundo por delante?
Bueno, primero diré que todavía estamos algo embotados por toda la situación. Apenas salimos de Bogotá yo no podía creer que estuviéramos saliendo y luego me agarró una nostalgia por lo que estábamos dejando: la familia, los amigos, la gente sobre todo. Las cosas materiales no nos han hecho falta, creo yo. Es tranquilizante saber que todo lo que necesitamos nos cabe en una maleta.
Ah, el olvido reglamentario de todo viaje esta vez fueron un par de candados que habíamos comprado para las maletas. Es bacano saber que no fue nada irreparable. Ya sabemos que debemos reorganizar y eventualmente replantear el equipaje, porque la maleta de Andrés estaba pesando demasiado. Pero tenemos tiempo para eso.
Lo que yo creo es que todavía no he tomado conciencia de la dimensión de la situación, tal vez porque con esta familia me siento todavía como en casa (nos consienten tanto, que le traen Coca Cola especialmente a Andrés! Su fama lo precede).
Pero ya puedo prefigurarme imágenes del viaje, algo que no me pasaba en Bogotá. Allá el viaje era un abstracto del que no sabía nada, del que no podía imaginar casi nada. A Andrés le pasó igual y eso alimentó nuestro miedo antes de salir, de que todo se desbaratara en el último minuto. Pero ahora que estamos más cerca de la frontera que de casa, hay imágenes que empiezan a surgir, noches estrelladas, desierto, bosques, paisajes. Ansiedad por la gente que no hemos conocido, por los amigos que no hemos hecho.
Apenas empezando a despertar a esta experiencia.

NOTA: No olviden que pueden comentar directamente en el blog si pican en comments al final de cada mensaje. Lo que comenten será visible para todos los que consulten el blog.
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Sonia Ro

Bogotá / Pasto

Hola, escribo esto desde Pasto, a las 11.44am del viernes 5 de enero de 2007. Es el primer post que escribo fuera de casa, apenas que tengo energía para hacerlo.
Sobre el viaje Bogotá- Pasto: Rodamos las 18 horas acostumbradas, sin mayores contratiempos. Dormimos la mitad del viaje, lo mejor que pudimos y que nos dejaron los tres niños menores de 5 años que viajaban en el asiento de atrás (una familia que viajaba a Tumaco). El mayor preguntando desde Cali si faltaba mucho para llegar a Tumaco y si allá había piscina (el silencio de la mamá me partió el corazón).
Parada a desayunar a las 10.30am del miércoles en un parador del camino media hora antes de Popayán. Nos dijeron acá que no era común una sola parada, pero así fue, así que gracias mamá, por la carne de la "lonchera".
Por la noche pusieron Los Piratas del Caribe (El cofre de la muerte) que yo dormí a los 15 minutos de iniciada y Andrés logró cogerle el hilo hasta que la quitaron en el punto álgido en que nada se ha resuelto todavía y nunca vio el final.
El miércoles por la tarde pusieron una película de terror en la carretera (por qué la pondrán en los buses?) y luego una de Van Damme, que tuvimos que soportar dos veces porque apenas terminó se reinició automáticamente. Van Damme ni siquiera peleaba.
Salvo un trancón de 15 minutos a media hora de Pasto por una miniestrellada que acababa de pasar, todo fue muy bien. En el Terminal cogimos taxi hasta la casa de Edgar, Patty y Juanita (familia de Andrés) en el barrio Belalcázar que nos han recibido maravillosamente. La casa es inmensa y nos dejaron un cuarto para nosotros.
Después del baño reglamentario y una comida reparadora, salimos con Juanita (la sobrina de Andrés de 17 años) que nos presentó el centro de Pasto, a 4 cuadras de la casa. El centro en sí no supera las 5 o 6 cuadras a la redonda. Cuando salimos, que fue pasadas las 9, había fiesta en la plaza y por las calles solo se veían parches de amigos por lo general todos llenos de talco que ya estaban en sus propios planes, así que todavía no hemos sido oficialmente entalcados. Hoy es el día de negros, yo creo que de hoy no pasa.
Estábamos cansados, caminamos un rato, nos tomamos un par de cervezas. En Pasto, a diferencia de Bogotá, y particularmente en carnavales, no hay problema en tomarse una cerveza en la calle. La gente anda de buen ánimo y todos tienen que ver con el carnaval, por lo menos todos los que salen. Hay sectores en que el piso ya se ve blanco.
Y luego a dormir, dormir, dormir como lirones. Echamos pereza toda la mañana, algo que no hacíamos desde hace más de un mes. Yo tuve un par de pesadillas, producto de toda la tensión de la última semana. Creo que nos están saliendo los dolores que ignoramos en los últimos días, pero eso es bueno porque es empezar a sanar.
Todavía no hemos salido de lleno al carnaval, cuando lo hagamos les daré mis impresiones. Tenemos planes con Juanita de ir a acampar a media hora de Pasto, cerca de unas cascadas que ella conoce, después del 7.
Un par de términos pastusos:
Achichay, cuando hace frío.
Achichucas, cuando hace calor.
Frío en las noches (al salir) y calor en las mañanas.

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Sonia Ro

3/01/2007

Menos tres horas

Son las 7.35pm del miércoles 3 de enero de 2007.

Estamos a tres horas de nuestra salida oficial de Bogotá. Primer destino: lo que queda del Carnaval de Blancos y Negros.

Parece que no se ha olvidado nada importante.

Esperamos que no.

Nos vemos en Pasto.