26/04/2007

Desactualizandome de todo

Hola a todos.
Son las 3.42am, hora de Buenos Aires. No es que me guste acostarme a esta hora, pero tengo muchas tareas pendientes: buscar casa, buscar trabajo, buscar estudio, y no abandonar a nuestros lectores en esta aventura, que aunque se quede moment{aneamente localizada en Buenos Aires, se seguirá publicando, porque esta ciudad es inagotable, lo puedo decir a una semana de estar aquí.
pero todas esas tareas me dejaron tiempo para subir más y más fotos en el álbum, si bien no para escribir aquí. Están cordialmente invitados a verlas en el acostumbrado link. No he terminado con la Patagonia, pero avanzo, avanzo. Ya casi.

22/04/2007

Por fin las fotos de La Patagonia

Bueno, ya puedo decirles que al fin estoy actualizando las prometidas fotos en Flickr, aprovechando una lluviosa tarde de domigo en Buenos Aires, y que el computador estaba libre. Claro que no alcancé a subirlas todas porque son un montón, pero ya pueden deleitarse con las primeras de Bariloche, El Bolsón y alrededores. Prometo que en mi próxima conexión subo el resto, y me rinde más porque ya las tengo escogidas (solo subo de las mejores, para no copar el espacio en Flickr).
Además, ahora tenemos que salir a ver la primera casa donde preguntamos por el alquiler de una habitación. Hay que empezar por algún lado. 

20/04/2007

Húmedo

Diré apenas un par de cosas por hoy: nuestra prioridad número 1 es encontrar casa aquí. Está claro que la mejor opción es una casa compartida entre varios, donde tengamos una habitación propia. Es lo acostumbrado y también lo más adecuado, en términos económicos. También está claro que lo mejor es que esté amoblado, porque no tenemos más que lo que cabe en las mochilas. Aquí es común conseguir así por la alta afluencia de inmigrantes en la ciudad.
Estamos moviendo contactos, como quien hace girar la gran rueda del destino. Porque es verdad, que mover las cosas hace que las cosas pasen, aunque parezca que lo que hacemos no sirve para nada, pero nuestros actos ponen en marcha la gran maquinaria, y la vida se entera de tus intereses y te los hace fluir enfrente. Caminamos, llamamos, navegamos, averigüamos, preguntamos, visitamos. Obtenemos más y más información. Hablamos con quien esté dispuesto a hablar con nosotros.
Y procuramos acostumbrarnos a esta ciudad húmeda donde ayer costaba respirar del calor, y hoy el abrigo y la lluvia nos refrescaron el ambiente.
Tal parece que el otoño no se decide todavía a enfriar la ciudad. Porque la humedad, ya nos dijeron, está por encima de cualquier estación: es un hecho.

18/04/2007

Mi Buenos Aires querido

Aunque todavía no tan querido, que estamos recién llegados a esta ciudad enorme y apenas acabamos de comprar la Guía T para tratar de entender cómo funciona el sistema de transporte en un mapa donde todo parecen diagonales aunque las calles que se caminan son siempre rectas, y lo son, claro, pero el mapa es el que nos dice para dónde vamos, y dónde estamos, y a veces cómo pasamos de un sitio a otro y casi siempre sin saber bien cómo. Si a alguien le pareció complicado el mapa de Transmilenio, que no se venga a vivir acá.
Un gran abrazo para nuestros primeros anfitriones: Daniela y Sebastián que, muy queridos, nos fueron a recoger a la estación de trenes (¡llegamos en tren a Buenos Aires, ché!) y nos evitaron el inevitable choque con una ciudad donde, como cualquier capital que se respete, todo queda lejos. Atrás quedó la caminable provincia y ahora en cada esquina hay un café, una boutique, un shop, un restaurante, todo muy internacional, porque nos han dicho las malas lenguas que aquí es más fácil relacionarse con extranjeros que con porteños.
Porteño, a (s. -m/f) Dícese del habitante nativo de Buenos Aires, cuyo acento argentino es todavía más marcado (¿más argentino?), y su carácter debe diferir del oriundo de las provincias, porque todo aquel que viene de provincia, o de afuera, lo ha sentido así. Y digo debe, porque todavía no conocemos porteños en Buenos Aires, a todos los hemos visto afuera, donde todos somos un poco otros.
Nos estamos quedando en Almagro, un barrio que nos ha parecido más bien residencial, refugiados colombianos en la casa donde vive Sebastián (no confundir con el músico malabarista belga de musical acento francés que conocimos en el valle sagrado del Perú). Tenemos un cuarto-taller acondicionado para recibir a viajeros cansados y "necesitados de cariño", como quien dice, y nosotros super felices de no tener que llegar a buscar alojamiento y menos en una ciudad como Buenos Aires, más grande que cualquiera que hayamos conocido, y encima extranjera (ella, no nosotros que llevamos a Colombia en el corazón). Y de que por fin vemos caras conocidas, gente que ya hemos visto antes y que no tienen que preguntar la eterna pregunta de los viajeros recién encontrados "¿y vos de dónde sos?".
Y comimos arepa, después de abandonarla en Ecuador, que era donde se conseguía todavía la masa para hacerla. Y es que Sebastián abrió, hace tres semanas, junto a dos socias colombianas, un restaurante colombiano donde ofrecen los tan añorados fríjoles, agüepanela y hogao, con Petrona Martínez y bandera de Colombia incluida.
Esa es (y lo digo porque ha sido mi primera impresión, que dicen que es la que cuenta) la fascinación de Buenos Aires. Que parece que hay espacio para todo, en esta capital del mundo que se abre a los extranjeros como un abanico. Mejor dicho, y no sé si me van a entender, aquí vos te sentís en Buenos Aires, que no es lo mismo que sentirse en Argentina. Pero llevo aquí menos de veinticuatro horas, quién sabe qué diré mañana.
Y, queridos lectores, los dejo una vez más con la angustia de las fotos no subidas, pero con un cansancio de tres noches mal dormidas y unos cuantos miles de kilómetros que todavía no acabamos de digerir.
Y eso que Argentina es un país casi todo sin montañas (que me corrijan, por favor).

17/04/2007

En-tren a Buenos Aires

Bueno, che. Salimos de la Patagonia. Tengo muchas fotos con paisajes espectaculares, en El Bolsón hay nevados para donde se mire, por todas partes. Los bosques de la Patagonia son tan inmensos como imaginábamos, el bus recorrre kilómetros y kilómertros de bosques llenos de pinos de todas las clases. Como una gran exhibición de árboles de navidad, que sí son como los de plástico, pero mucho más grandes y llenos de piñas de verdad. Nuestra estadía en el bosque fue corta, pero nos tocó el alma. Pero a la cámara se le acabaron las baterías esta mañana, primera vez que me pasa, y el tomacorriente privado más cercano está a muchos kilómetros de aquí.
La carne de ciervo es mucho más blanda que la de res, como una sobrebarriga bien cocida. Al menos en la preparación que probamos. Y deliciosa, eso sí. Del jabalí, lo quedamos debiendo porque no había ese día, y no daba para otra salida a restorán.
Un saludo especial para Ana Dely, nuestra visitante número 2000, que ganó doble premio porque también fue la número 1000. A propósito, olvidé decir que por ser la número 1000 ganó un collar hecho con maíz del valle sagrado de los incas (se lo tengo desde entonces). Todavía no sé cuál será el premio por ser la 2000, pero ya pensaré en algo. Saludos también a Manuel y gracias por ese contacto, lo llamaremos cuando estemos en Buenos Aires.
A propósito de eso: descubrimos que viajar en tren aquí es mucho más barato que viajar en bus, y decidimos pegarnos la rodadita. No es tan sencillo porque hay que hacer bastantes trasbordos, pero el asunto es así:
El Bolsón-Bariloche en bus, lo hicimos el domingo de día. Tres horas.
Bariloche-Vietma en tren. Lo hicimos la noche del domingo. 15 horas.
Vietma-Bahía Blanca en bus. Lo hicimos ayer en la tarde. 6 horas.
Bahía Blanca-Buenos Aires en tren. Lo haremos esta noche. 12 horas.
El viaje en tren es todo lo nostálgico que uno se imagina. No tanto pasar la noche en el tren, en clase turista, que es la que hace el ahorro, pero en asientos que no son reclinables. El trayecto del domingo tuvimos suerte y encontramos vacíos un par de asientos para tres personas cada uno que nos permitieron dormir en posición horizontal. Prácticamente nos los tomamos. La ventaja del tren es que no da giros bruscos, no ponene una película a todo volumen cuando uno ya se está durmiendo, te podés para cuando querás, caminar un rato, ir a otros vagones, e incluso fumar en las salidas del vagón.
Anoche pasamos la noche en la estación de tren de Bahía Blanca, algo para recordar. Como llegamos a las 10pm (cosas de los horarios en Argentina) no encontramos el camping que nos dijeron y nos mandaron derechito a la estación. Noche en el banco, bajo el techo de la estación (menos mal, porque llovió). No mucho frío, porque el clima aquí es benévolo, estamos al lado del mar, 300 kilómetros arriba de Vietma. Y a media noche, con llegada de tren de carga y todo, el más largo que hemos visto, vagones y vagones y vagones, y unos tanquecitos al final que llevaban algo relacionado con el petróleo. Nos despertó suficiente como para disfrutarlo. Hoy seguimos en la estación. No podemos guardar el equipaje porque el chico del guardaequipaje justo tiene día libre hoy (cosas de los horarios en la Argentina), así que estaremos todo el día sentados en el mismo banco (a tres cuadras de aquí) esperando el tren que sale a las 7.30pm (5.30 hora colombiana), y rogando por encontrar puestos libres como la otra vez...
Y de todas formas, en Buenos Aires tendremos campo para descansar, así que todo bien. Buena actitud, es lo que el viaje nos ha enseñado. La capital nos espera, mañana miércoles en la mañana.
Nos vemos, porteños!

13/04/2007

PATAGONIA

Pues sí, llegamos a la patagonia, por fin. Mucho pino y mucho abeto, y mucha hoja otoñal (no es como el amarillo desteñido del los árboles enfermos en Colombia, claro, es color oro cuando le da el sol, y rojos también...).
Estamos en El Bolsón (se vieron el Señor de los Anillos?) que queda 3 horas al sur de Bariloche. Pasandola de lo lindo, carne de ciervo y tales. Nos falta el jabalí, que son carnes que solo se ven por estas latitudes.
A Buenos Aires llegamos en menos de una semana, así que vamos a hartarnos de naturaleza por acá. De fotos nada todavía porque este internet llega cansado acá y lo cobran caro.
Saludos a toda Colombia. Por aquí, poco latino tropical.

9/04/2007

Cambio de planes

Este es el último de cuatro posts que acabo de publicar. Para leer desde el principio, en el oprden en que fueron redactados, le recomiendo bajar hasta el mensaje titulado EUREKA, y leerlos en orden ascendente hasta aquí.

Esta semana fue para nosotros, ya que estamos en el tema de la semana Santa, de reflexión. No salimos mucho, no conocimos mucho, o lo que cabe sobre la cultura local (y bien localista). Necesitábamos digerir un poco Chile, cambiar de país tan seguido es todo un choque. Y no saben cuánto necesitábamos un poco de paz. Largas conversaciones, y hacer cuentas. Cuentas que les cuento: llegar hasta Ushuaia, ahora lo sabemos, es absurdamente caro. Solo en pasajes de bus nos gastaríamos, ida y vuelta, unos dos millones de pesos colombianos. Y nos confirmaron que mientras más al sur todo resulta más caro: la comida, el hotel. Andrés conoció un muchacho de la Patagonia que le dijo que en Mendoza era feliz porque todo se le hacía barato.
Hablamos. Razonamos. Y no estamos dispuestos a gastar tanto dinero para llegar a ver el glaciar y volvernos en 24 horas. No somos ricos. Son dos días de viaje hasta allá (otros dos de vuelta hasta Buenos Aires). No podemos pagar el avión, tampoco. Ni siquiera averigüamos cuánto vale, pero preferimos no saber.
Ushuaia era nuestra meta porque cuando salimos de Colombia, era lo más lejos que podíamos llegar por tierra. Pero el viaje nos ha enseñado a disfrutarlo por sí mismo, a saber que todos los viajes son hermosos, aunque salgas solo a dos horas de tu casa. Lo importante es viajar, es el camino y no el destino. Y hemos llegado lejos.
Así que tomamos una decisión: por ahora, no queremos bajar hasta Ushuaia. A no ser que consigamos un mecenas que en un magnánimo gesto nos financie los costos del transporte (se reciben propuestas). Pero para nosotros, con el chanchito que ya ha adelgazado bastante, sería un gasto enorme de dinero, y necesitamos que nos quede algo para llegar a Buenos Aires.
Así que le dimos un giro a nuestra ruta. Este viaje, siempre lo hemos sentido, da giros cada tanto, nos saca de un lugar y nos pone en otro, como si no fueramos nosotros, sino el viaje con personalidad propia, y parece que no podemos conservar nuestros planes por más de una semana. Y esto es lo que sabemos, por ahora:
Ayer fuimos al terminal terrestre y compramos dos pasajes rumbo a Bariloche. Este es como el Machu Picchu peruano: todos nos dicen que tenemos que conocerlo, que qué maravilla, y por esta vez, les vamos a hacer caso. Bariloche es ese lugar frío al que Mafalda fue de vacaciones con sus padres (cuando viajaron en tren, ¿se acuerdan?), con unos bosques maravillosos, lagos, árboles inmensos. Sabemos que es más caro que aquí, y que seguramente nos llegarán diez agentes turísticos a ofrecernos "el plan". De acuerdo. Pero las fotos que hemos visto merecen correr el riesgo. Este será nuestro último destino antes de llegar a Buenos Aires. Será nuestro Ushuaia, y queremos un poco de naturaleza arrebatadora antes de meternos en ese monstruo metropolitano que es más grande que Bogotá.
¿Y los glaciares? Pueden esperar. Nuestros planes incluyen volvernos ricos en Buenos Aires (¿o qué creían?) y bajar luego, cuando el bolsillo no nos duela tanto.
Así que esta noche partimos a los lagos. 18 horas de viaje. Un destino más. Como dice Serrat ¿Qué más dá?, ¿qué más dá? Aquí o allá....

Argentina

Y bueno, nunca me sentí tan extranjera en este viaje. Cuando llegamos aquí todo era un choque, porque cosas de la vida cotidiana funcionan siempre diferente. El léxico es todo un rollo, porque muchas cosas se llaman distinto de como uno las conoce. Nadie entiende qué es un esfero, una tienda es un kiosko (las tiendas son de ropa), un bar es un boliche, un bus es un colectivo. Hasta los baños funcionan diferente, con el tanque alto y la cadenita para tirar, y tçde pronto te descubres en un baño que no tiene ni tanque ni cadenita y debes tantear todo hasta descubrir cómo bajar el agua. A veces me siento como europea en Colombia, preguntando cosas que para todos son obvias (¿el bus número 5 dónde para?¿y sí va para el centro?¿y se demora?).
El primer día subimos al colectivo que nos llevaba al Challao, cargados con maletas y todo, después de media hora de espera. Y al subir descubrimos que el conductor no maneja dinero. Hay que tener $1.10 en monedas sueltas (no billete) para poner en una maquinita que es la que cobra el pasaje. Eso o tener la tarjeta de Red Bus que, por supuesto, no teníamos.
A veces prefería quedarme en el camping todo el día, y no tener que salir a preguntarle cosas a todo el mundo. Un par de días es divertido, pero luego es agotador. Hablar el mismo idioma pero no entenderse...

Mendoza

¿Qué diré de nuestra semana en Mendoza? Bien, encontramos un camping con un precio razonable como para permanecer toda la semana, y todas las comodidades que se podrían pedir en un camping: baños limpios ¡y con papel higiénico y toallas de papel todo el tiempo!, duchas con agua bien caliente las 24 horas del día, electricidad junto a la carpa, un área suficientemente grande para cada carpa, con mesa y asador individuales, piletas para lavado de ropa, una sala de televisión con algunas películas que se podían ver a cualquier hora. Anoche vimos un documental sobre la historia de la independencia Argentina y nos enteramos que Bolívar no habría sido nadie si no fuera porque José de San Martín, que aquí es el héroe nacional y considerado el libertador de América, no hubiera empezado a atacar los españoles desde el sur y le hubiera dejado el mando cuando ya la salud no le daba para más. El espacio del camping es muy bonito, un campo todo lleno de sauces, que a Andrés le encantan. Nuestra carpa está levantada debajo de uno muy grande y retorcido. En Colombia no se ven sauces de este tamaño.
Mendoza es verde, verde, verde, no había visto una ciudad con tantos árboles. Hay filas árboles en las aceras de todas las calles. Todas. No hay una sola calle sin al menos diez árboles repartidos en las aceras, en las fotos lo van a ver. Hay varios parques y particularmente el Parque San Martín  que queda en medio de la ciudad y es hermoso, lleno de árboles de todo tipo, zonas verdes, un lago... Los domingos se llena de familias que hacen su paseo de pic-nic, muy a la auropea, con su canastita, mesa y sillas plegables, y hasta el gato. La guía Lonely Planet dice que los mendocinos definitivamente saben vivir bien, y tiene razón. Mendoza es una ciudad sibarita, los espacios son amplios, no hay una calle angosta, tanta vegetación da gusto para caminar, y como es la capital del vino, todos los vinos son muy baratos. Aun los más económicos son buenos, y no se arriesga uno a comprar algo que sea puro químico. Uno va a un kiosko (tienda colombiana) o al súper (Carrefour o Vesa), y casi todo el mundo lleva en el carrito al menos una botella de vino, y una bandeja de carne. Hicimos asado como tres días, y esta carne es deliciosa. Aún sin condimentarla casi, el sabor es exquisito y tan blanda que parece que se te derrite en la boca. La carne de buena calidad es más barata que en Colombia y es que en Argentina se está rodeado de vacas. Las pampas son amplias y generosas.
Nuestros anfitriones en el hotel, Guille y Ofe, fueron más que amables con nosotros. Nos prestaron una cobija para minimizar el frío nocturno, nos tenían agua caliente y mate para que tomáramos mientras veíamos películas, nos informaban de cada pequeña duda. Toda la semana estuvieron trabajando en los preparativos para la boda que tendrán a finales de abril. En general funciona igual que las nuestras, pero con ciertos detalles locos, como unos gorros de espuma para los invitados a la fiesta con forma de pescado, sombreros chinos, formas curiosas, todos coloridos, los hombres se amarran la corbata en la cabeza, en fin, aquí son un poco más locos en ese sentido, no tan convencionales.
La desventaja de nuestro camping es que queda en El Challao, que son los suburbios de Mendoza. Para llegar al centro, debemos esperar el micro, que pasa "cada 20 minutos" (en realidad es cada 40), y se tarda otros 40 minutos en llegar al centro. Es la única ruta, y mientras más festivo el día, menos pasa. Lo mismo para volver. La otra opción es un par de kioskos que quedan cerca del camping, pero que abren, o no, según se les antoje. Tampoco se consigue todo lo que uno quisiera. Y el internet igual. Hay uno cerca, pero siempre llegaba cuendo estaba cerrado. Así que estuvimos más bien incomunicados toda la semana.

EUREKA

Queridos lectores: les juro que llevo cuatro días tratando de conectarme para actualizar el blog y subir las tan prometidas fotos pero siempre, siempre pasa algo: o se me queda el CD donde ya las tengo escogidas, o no concuerdo con el horario del cyber, o el internet està absurdamente lento y no sube nada.... en fin. Les pido disculpas por esta larga ausencia, por favor entiendan que donde estamos acampando no hay nada y lo que hay tiene esos horarios caprichosos en que una siesta de cinco horas se atraviesa en la mitad del día y no se consigue nada, pero nada es nada. Ayer por la tarde, como es domingo, nadie abre nada, mucho menos aquí que son las afueras de Mendoza, y tuvimos que comprar pan y un jamon de dudosa categoría para poder almorzar.
Les confirmo que ahora sí estoy subiendo las fotos, todas las que pueda, así que ya pueden entrar a Flickr de nuevo. Actualicé Valparaíso, de donde no habían visto nada. Trataré de ponerme al día, entonces.

3/04/2007

Mendoza

Una frontera más, la más demorada que hemos tenido, descontado Ecuador. Nadie nos miró mal, luego por nuestra parte podemos decir que todo el miedo que nos metieron, que por ser colombianos, quefueque quefueque, era más paranoia que otra cosa. Si andas fresco, y no le debes nada a nadie, no tiene por qué pasar nada.
Ahora los actualizo: Conseguir hospedaje aquí no fue fácil, porque llegamos en sábado inicio de puente (ayer era el día de las Malvinas, festivo cual primero de enero) y preguntamos en 5 o 6 hostales que estaban repletos. Al final, en Simplemente Mendoza nos ofrecieron habitación compartida, pero todo estilo muy europeo. Cocina excelente, sala de televisión, varios baños, buenas instalaciones, y un montón de extranjeros con ganas de hacer amigos, la mayoría europeos que necesitan una mano con el español. Ahora bien, como viene Semana Santa, la temporada en el sur (y en cualquier parte) es alta. Recién llegados, vemos que aquí (o al menos en Mendoza) todo se maneja con reservaciones. Y más al sur es peor. Así que si seguimos bajando esta semana es posible que cualquier día nos toque dormir debajo de un puente porque no encontremos alojamiento. En vista de eso, vamos a quedarnos aquí toda la semana, y para abaratar costos, conseguimos un camping "todo incluido". Baños, tele, electricidad.... ya les contaré

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Sonia Ro
De viaje: [ www.latinoamorica.blogspot.com ]
Siempre: [ www.oeoo.blogspot.com ]

1/04/2007

Lo que me dio Valparaíso

Hoy cumplimos una semana de estar aquí, y en menos de 12 horas nos espera otro país. De Chile solo conocimos una ciudad y una caleta (un puerto pequeño, de pescadores). Han sido días extraños, Chile es un país enrarecido.
Pero no hablaré de Valparaíso aquí, porque no tengo mucho qué decir. Las fotos, cuando las suba, hablarán mejor que yo. Diré entonces lo que en esta ciudad aprendí...
Que la vida está aquí, ahora, con nosotros. Estar vivo en este mundo es un regalo, y es tan poco el tiempo que tenemos.... Que no nos pase la vida por encima sin haber reído, sin haberlo apostado todo. Que no nos dé miedo la vida, porque cada momento pasa y se va, y si no lo aprovechamos acaso no se dé más nunca. La vida pasa y se va, como agua entre los dedos, y mientras tanto, nos exije la vida. Que después de cruzar el umbral en que cerremos los ojos para este mundo, para esto que somos ahora, podamos decir: "Esto es lo que hice con mi vida, la viví a plenitud cada minuto, lloré hasta las venas, reí hasta el cansancio, hice todo lo que quise hacer, he crecido, soy más fuerte. La vida que me dieron la viví cada segundo, sin desperdiciar nada, sin estar en un lugar que no quiero. La vida que me dieron la usé para descubrir todas las razones por las cuales un ser desearía no morir."


Las fotos, lo siento, siguen pendientes hasta después del 3 de abril, y hablarán de Valparaíso mejor que yo. Pero aquí van un par, de consolación...