9/04/2007

Mendoza

¿Qué diré de nuestra semana en Mendoza? Bien, encontramos un camping con un precio razonable como para permanecer toda la semana, y todas las comodidades que se podrían pedir en un camping: baños limpios ¡y con papel higiénico y toallas de papel todo el tiempo!, duchas con agua bien caliente las 24 horas del día, electricidad junto a la carpa, un área suficientemente grande para cada carpa, con mesa y asador individuales, piletas para lavado de ropa, una sala de televisión con algunas películas que se podían ver a cualquier hora. Anoche vimos un documental sobre la historia de la independencia Argentina y nos enteramos que Bolívar no habría sido nadie si no fuera porque José de San Martín, que aquí es el héroe nacional y considerado el libertador de América, no hubiera empezado a atacar los españoles desde el sur y le hubiera dejado el mando cuando ya la salud no le daba para más. El espacio del camping es muy bonito, un campo todo lleno de sauces, que a Andrés le encantan. Nuestra carpa está levantada debajo de uno muy grande y retorcido. En Colombia no se ven sauces de este tamaño.
Mendoza es verde, verde, verde, no había visto una ciudad con tantos árboles. Hay filas árboles en las aceras de todas las calles. Todas. No hay una sola calle sin al menos diez árboles repartidos en las aceras, en las fotos lo van a ver. Hay varios parques y particularmente el Parque San Martín  que queda en medio de la ciudad y es hermoso, lleno de árboles de todo tipo, zonas verdes, un lago... Los domingos se llena de familias que hacen su paseo de pic-nic, muy a la auropea, con su canastita, mesa y sillas plegables, y hasta el gato. La guía Lonely Planet dice que los mendocinos definitivamente saben vivir bien, y tiene razón. Mendoza es una ciudad sibarita, los espacios son amplios, no hay una calle angosta, tanta vegetación da gusto para caminar, y como es la capital del vino, todos los vinos son muy baratos. Aun los más económicos son buenos, y no se arriesga uno a comprar algo que sea puro químico. Uno va a un kiosko (tienda colombiana) o al súper (Carrefour o Vesa), y casi todo el mundo lleva en el carrito al menos una botella de vino, y una bandeja de carne. Hicimos asado como tres días, y esta carne es deliciosa. Aún sin condimentarla casi, el sabor es exquisito y tan blanda que parece que se te derrite en la boca. La carne de buena calidad es más barata que en Colombia y es que en Argentina se está rodeado de vacas. Las pampas son amplias y generosas.
Nuestros anfitriones en el hotel, Guille y Ofe, fueron más que amables con nosotros. Nos prestaron una cobija para minimizar el frío nocturno, nos tenían agua caliente y mate para que tomáramos mientras veíamos películas, nos informaban de cada pequeña duda. Toda la semana estuvieron trabajando en los preparativos para la boda que tendrán a finales de abril. En general funciona igual que las nuestras, pero con ciertos detalles locos, como unos gorros de espuma para los invitados a la fiesta con forma de pescado, sombreros chinos, formas curiosas, todos coloridos, los hombres se amarran la corbata en la cabeza, en fin, aquí son un poco más locos en ese sentido, no tan convencionales.
La desventaja de nuestro camping es que queda en El Challao, que son los suburbios de Mendoza. Para llegar al centro, debemos esperar el micro, que pasa "cada 20 minutos" (en realidad es cada 40), y se tarda otros 40 minutos en llegar al centro. Es la única ruta, y mientras más festivo el día, menos pasa. Lo mismo para volver. La otra opción es un par de kioskos que quedan cerca del camping, pero que abren, o no, según se les antoje. Tampoco se consigue todo lo que uno quisiera. Y el internet igual. Hay uno cerca, pero siempre llegaba cuendo estaba cerrado. Así que estuvimos más bien incomunicados toda la semana.

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