20/06/2007

Segunda vuelta

De nuevo en Buenos Aires, en la ciudad sin horizontes que no distingue a extraños. Llego y me encierro a dormir dos días seguidos para compensar

mi trasnocho de toda la semana. A quienes me vieron en Bogotá, disculpen
mi corta estadía. A los que no me vieron, disculpen mi ausencia. Se ve
que diez días no me alcanzan para todos mis compromisos en Bogotá, pero
son suficientes para olvidar mis compromisos en Buenos Aires. De paso,
antes de mi avión tuve que reacomodar, cuando no desechar, alrededor de
veinte kilos que llevaba de exceso de equipaje. Era eso o pagar
trescientos quince dólares de sobrepeso como me informó la aerolínea. Me
quedé con bastante café y bien poca masa para arepas, un par de dulces y
suficiente ropa para alcanzar a la primavera, creo. Al menos, más de la
que había antes.
Sonará pretencioso, pero mi agenda me quitó todas las ganas de escribir
en este blog, cada minuto libre fue aprovechado en visitas, llamadas,
compras o sueño. Y fue como un sueño haber estado en Colombia, y volver,
con la frente quizá más marchita, pero los desayunos de esta semana
nutridos por arepas y cacao casero. A Bogotá no la vi diferente porque
la ciudad haya cambiado, sino porque yo he cambiado, y ahora la veo con
mucho más cielo y más verde que antes, y también más paranoia y
agresividad en las calles. La ciudad plana y alta en la que el sol se ve
avanzar, llena de paradojas. Me gusta la sabana, como debió gustarle a
sus primeros habitantes, pero lo que más me gusta de ella es lo que
tiene de sabana, más que lo que tiene de ciudad. Bogotá es
contradictoria, y ha de ser en esos desencuentros uranos en que se
descubre su magia. Por lo pronto, me quedaré en la mole de concreto, ancha y ajena de la que, de paso, subo fotos del día de hoy, enrarecido y lluvioso, pero tomadas antes de llover.

Saludos a quienes me leen desde tierras lejanas, me alegra haber sido portadora de mensajes inesperados y alegres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sonita y Andrés:

Felicitaciones en este primer aniversario. Hace ya un año que sus vida se unieron delante del Señor y a fé que han demostrado que esa unión es ejemplo de entrega, sacrificios, alegrías y felicidad. Sigan así que el Señor seguirá enviándoles toda suerte de bendiciones. Que disfruten éste día y que el amor que se tienen siga creciendo, ya que el amor de verdad nunca deja de crecer. Nuevamente FELICITACIONES a los dos y celebraremos desd aquí haciendo un brindis por vuestra felicidad.