Ah! Qué maravillosa tarde en Buenos Aires, dos pares de medias de colores colgadas en las cuerdas de tender de la terraza, y el sol que se despide del otoño y nos deja en el medio de la tarde de un domingo de mayo.
Y aprendo a disfrutar de ese otoño, cuando che inti, el antiguo hacedor, nos sorprende todavía por los rincones de la calle.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario